Sandra Sanseverino. La Ricamarie
Silencio. Grito. Contraste. Naturaleza. Armonía. Paradoja… Buscaba palabras para definir esta obra recién inaugurada de Sandra Sanseverino y no me quedaba con ninguna. Como casi siempre, los adjetivos no son precisos y enmascaran las sensaciones. En todo caso: Emoción, eso es lo que sentí frente al muro de Sandra en La Ricamarie.
Al muro te acercas lentamente. Lo ves de lejos y desde lo alto de una loma queda enmarcado por los poderosos árboles de La Ricamarie, cerca de Saint Etiènne dentro de la región de Rhône-Alpes, a 60 km. de Lyon. Te vas acercando y su percepción cambia, empiezas a observar matices que de lejos no ves. Hasta que llegas y lo tocas. Porque esta obra la puedes -la tienes- que tocar.
Con el tacto, un festival de texturas recorre tus dedos. Con la vista, los matices del negro inundan la retina y se confunden con el verde de los árboles. Con el oído, todo es silencio y los pájaros te acompañan. Sandra ha creado un espacio para desplegar los sentidos y absorber la energía que invirtió en la realización de esta obra. No sé si se trata de una escultura o un esgrafiado contemporáneo, es lo de menos. Esta es una obra para recostarse y cerrar los ojos.
El muro y su contexto
Un muro sin historia que nadie recordaba qué hacía allí ni quién lo había puesto. Justo cuando el Ayuntamiento había decidido demolerlo, Sandra les envió su propuesta de intervención. Cambiaron de opinión y pusieron los recursos necesarios para realizar el proyecto de Sandra. Una decisión que honra a esos gestores de lo público.
En el debate municipal donde se tomó la decisión de invertir en la realización de la obra, se compararon los costes de la intervención en el muro con los de una comilona popular para celebrar algún evento. Y se optó por el muro. Creo que esto es relevante porque denota una cultura política que pone Arte y Cultura en el centro de su acción regeneradora. Y no estoy acostumbrado a verlo en casa.
La Ricamarie, una ciudad de 8.000 habitantes en la periferia de Saint Etiénne, que fue zona minera protagonista de sangrientas luchas obreras está hoy habitada por una nutrida y variopinta población emigrante. En este humilde lugar se ha creado un espacio de referencia para la contemplación.